Invitados por la Comunidad Franciscana de Guadalupe hoy hemos estado presente en la misa de clausura del año jubilar guadalupense, aportando nuestro granito de arena a esta fiesta que ha servido para cerrar la puerta del año jubilar guadalupense, la cual se abrió el pasado día 24 de marzo de 2007, en un acto multitudinario en el que también estuvimos presentes.
Ha sido la primera vez que he tenido el gusto y el placer de dirigir el coro, de disfrutar del potencial que sin duda existe en el grupo, con la ausencia de algunos compañeros y compañeras, pero con unas ganas enormes. Hoy, he vuelto a comprobar que somos importantes, que tenemos mucho camino por recorrer y mucha buena energía que transmitir.
A pesar de que solo hemos cantado dos canciones polifónicas, El Santo de Schubert y el Ave María del Siglo XV, hemos estado a la altura y eso no lo digo yo, me lo ha transmitido el padre provincial franciscano, Fray Joaquín Domínguez.
Por lo demás solo tengo palabras de elogio, de agradecimiento y de felicitaciones por el día de gloria que me habéis concedido, por la disciplina musical demostrada y por el regalo que me habéis hecho con vuestras voces.
Vuestro Presidente, y hoy, casualmente, director musical.
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